BIENVENIDOS


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Ecosofía es un blog creado para abrir un pequeño rincón más a la reflexión filosófica sobre el mundo capitalista en el que vivimos y sus consecuencias éticas para el planeta y todos los seres vivos que lo habitamos.

En este sentido, mi propósito es poder compartir con todos aquellos que se acerquen al blog, una serie de artículos, videos y fotografías que traten bajo distintas perspectivas, el problema ecológico global al que nos enfrentamos día a día.


Pretendo defender una filosofía de vida ecológica que vele por el respeto del planeta tierra, de los animales y del resto de seres humanos que convivimos en él. Esta filosofía se fundamenta en varias teorías, que a mi juicio resulta muy interesante conjugar: la agroética como modelo y reflexión del consumo responsable de productos alimenticios, el animalismo o antiespecismo como ética defensora de los derechos de los animales y lucha por su dignidad, y el ecofeminismo como una recuperación de la ética del cuidado feminista que aporta una nueva perspectiva, una aperura de conciencia hacia el planeta más justa.


Las aportaciones al blog pretenderán argumentar la necesidad de reflexionar e incorporar una filosofía de vida ecológica que apoye tanto en el aspecto intelectual y como en el aspecto práctico, el respeto por el planeta tierra, siguiendo unas líneas que ayuden a proponer un modo de vida ecológicamente correcto, justo y responsable.

lunes, 18 de abril de 2011

¿QUÉ CONSECUENCIAS MORALES TIENE HOY DIA COMER CARNE?.


Estados Unidos (comer carnes todos o casi todos los días), tiene consecuencias morales relacionadas especialmente con la justicia, en relación a tres ámbitos fundamentales: justicia para con los animales, justicia para con todos los seres humanos que vivimos en el planeta y justicia para con la Tierra. En éste sentido la justicia se opone a la crueldad y la explotación.

Si reflexionamos sobre los animales hemos de tener en cuenta el especismo, es decir la consideración no igualitaria de los animales frente a los humanos (que implica tanto una ideología como una actitud La cuestión de comer carne, lo que entendemos hoy por comer carne en Europa o). Se presupone que los animales al no poseer ciertas capacidades humanas como la inteligencia, son por ello inferiores y no merecen la misma consideración (la ignorancia es la primera defensa del especista) . A mi parecer, al igual que Peter Singer, considero que los animales son capaces de sufrir y padecer, al igual  nosotros, y por ello tienen intereses, los cuáles deben de ser tenidos en cuenta. No es que tengamos que desarrollar el mismo trato hacia los animales que hacia los humanos (ya que hay ciertos derechos que tenemos en cuenta para los humanos que no tendría sentido tener en cuenta para los animales, como por ejemplo el derecho al voto); sino que debemos tener la misma consideración hacia los intereses de los animales que hacia los intereses de los humanos, (ya que sufren y experimentan placer igual que nosotros), basándonos en el principio de  minimizar el sufrimiento para todos.

La industria cárnica que nos alimenta hoy en día es un claro ejemplo de especismo, ya que dan a los animales un trato miserable durante sus vidas, no tienen en consideración sus intereses como seres vivos para poder desarrollarse y relacionarse con normalidad (como si se nos permite supuestamente a nosotros). 
El concepto de “cuidado” ha variado enormemente: de un sentido en el que se propone tener en cuenta las necesidades de los animales, a un sentido en el que se “cuida” a los animales únicamente pensando en el beneficio económico, y por tanto dándoles un trato aberrante cuyo único fin es aumentar la producción, dejando a los animales no humanos fuera de nuestra consideración moral.
Las producciones pecuarias intensivas modifican las condiciones naturales de los animales para obtener la máxima productividad con el menor gasto posible; ésto por un lado relega a los animales a meros objetos o instrumentos de producción dentro del mercado capitalista (lo cuál no creo que tenga nada que ver con sus intereses), y por otro lado, como nos ilustra Paul Roberts, da lugar a productos de menor calidad y que muchas veces pueden influir negativamente en nuestra salud (como por ejemplo las hormonas proporcionadas a los animales, los productos transgénicos, los piensos inapropiados, la proliferación de virus e infecciones entre los animales hacinados, que luego nos afectan directamente al consumirlos, abonos, pesticidas, conservantes…). Todo se desarrolla de este modo desde el momento en el cual la comida entra dentro del mercado capitalista y tiene que doblegarse a sus leyes de competencia y máximo rendimiento y beneficio. Finalmente se crea una paradoja dentro del mercado de la industria alimentaria: se consigue una gran eficacia con los métodos de explotación intensivos, pero a su vez tenemos que pagar un precio muy alto en lo que respecta a nuestra salud.

Además es muy importante señalar que este trato proporcionado a los animales implica gran cantidad de sufrimiento para ellos a lo largo de toda su vida: tanto por el modo en el que son obligados a vivir, como por el trato que reciben luego en los mataderos. Por tanto podemos observar como actualmente el bienestar de los animales choca con la productividad social; y también como el sufrimiento de los animales se ha normalizado como práctica necesaria en nuestra cultura: comemos carne desde que somos niños, momento en el cual no podemos ser conscientes de las implicaciones de la situación. De esta manera el consumo abusivo de carne entra dentro de las normas y el conformismo social.
A este respecto también podemos señalar la poca relevancia que se da en los medios de comunicación a este problema, y lo que es más, como se oculta la información de la verdad a cerca de las granjas industriales, porque resulta desagradable .La gente no quiere tomarse la molestia de reflexionar sobre este tema, es mas cómodo seguir con una vida normal, despreocupada y con carne (con un aspecto pulcro) el la mesa (lo que nos distancia de su proceso de producción y de la propia vida animal).

Podemos afirmar que no es necesario consumir tanta carne como se come hoy día en el primer mundo, y lo que es más, que no es necesario consumir carne, y que el hecho de matar animales para comerlos está muy ligado al especismo (ya que si merecen una menor consideración moral, no importa matarlos).
En este punto, en mi opinión, es en los propios países desarrollados en los que pueden encontrarse suficientes alternativas en el mercado como para no tener que comer animales. Otra cosa muy distinta es que lo comas porque lo necesites para sobrevivir (bien porque el lugar donde vives es prácticamente el único recurso alimenticio que existe, o bien porque por problemas de salud por los que necesites consumir algo de carne).

Una de las consecuencias de la ingesta abusiva de carne en Occidente es la muerte de miles de seres humanos por hambre. Lo cuál es una contradicción porque en este mundo existen alimentos suficientes para todos, el problema es que gran parte de los vegetales que se cultivan van a parar a piensos de animales. Esta situación es completamente absurda, ya que por un lado todo ese alimento puede servir directamente para consumo humano (los alimentos vegetales producen diez veces más proteínas que la carne, y los vegetales necesitan muchos menos recursos de nuestro entorno para sobrevivir que los animales). Y por otro lado es mucho mas lógico que si en algún caso se come carne, se consuman animales que han sido alimentados con pastos, que no nos pueden servir alimento a las personas, y no con piensos compuestos de productos que nosotros podemos consumir directamente (para producir un kilo de carne son necesarios diez kilos de grano, es decir para obtener un kilo de carne de vacuno es necesario alimentarle con diez kilos de grano).

Otro de los problemas de la industria cárnica en relación con países pobres es: que por un lado el mercado capitalista oprime totalmente a los pequeños productores, que usan métodos mas tradicionales pero tienen que competir con las grandes empresas. Y por otro lado existe el problema de la “política de la comida” que desarrollan los países ricos con los países pobres ( es decir que en vez de ayudarles a ser auto suficientes, se les “ayuda” para que luego compren los excedentes manofacturados de los países industrializados, se les mantiene dependientes y de este modo la industria cárnica sigue enriqueciéndose a costa de los demás). Este sistema alimentario, que utiliza la comida como arma política, no es ni libre ni justo, ya que esta compuesto en su mayoría por grandes empresas que controlan la mayor parte del mercado.

Finalmente nos topamos con los problemas que supone la “mega industria” alimenticia para nuestro propio planeta. La Tierra tiene la capacidad de producir suficientes alimentos para todos los que vivimos en ella (como hemos visto anteriormente), pero los alimentos industriales fuerzan la capacidad de la Tierra y con ello se fomenta la contaminación, el aumento del consumo de energía, la deforestación y la desertización, así como la perdida de biomasa marina. Impidiendo de esta manera que desarrollemos un consumo responsable y sostenible de los recursos.

Por todo ello, podemos concluir que una dieta vegetariana implica un cambio radical en nuestras vidas en dirección a un consumo responsable de los alimentos, de manera que se disminuye el sufrimiento animal, humano y medioambiental, en contra de la industria cárnica, que como hemos visto resulta éticamente indefendible, y además muy costoso en relación a los humanos, los no humanos, nuestra economía y nuestra salud.
Además este tipo de dietas suponen un boicot permanente a la industria cárnica abusiva, que explota tanto a los animales, como a los pequeños productores, a los países pobres y a la propia Tierra.
Es un estilo de vida que se presenta en contra del capitalismo, en contra del gran negocio que hay detrás de la industria cárnica, y por tanto en contra de un consumismo innecesario e injusto.

Otro punto importante de este tipo de practicas es: por un lado la conciencia y la reflexión individual sobre el tema (así como la actitud que repercute en un mercado marcado por la oferta y la demanda: si no demandamos los productos que implican sufrimiento animal, tienen que producirse en menor cantidad). Y por otro lado el intento de concienciar a todos los que tenemos a nuestro alrededor sobre la injusticia que supone el consumo de productos procedentes de las granjas intensivas. 
En mi opinión es importante señalar que la dieta vegetariana debería suponer una mayor cercanía a la tierra, a las plantas y a las estaciones (ya que consumes productos de temporada), así como tener en cuenta que por un lado es mas barato, y por otro lado nos obliga a una mayor implicación con la cocina y las comidas, a fin de cuentas con las relaciones sociales que se desarrollan alrededor de la comida, y que hoy en día con comida fácil y preparada y con los horarios de trabajo, se esta perdiendo (como expone Paul Roberts).

Podemos concluir por tanto que el mundo necesita un cambio en el sistema alimenticio, y por tanto un cambio en el sistema de producción y económico.
Las soluciones pasan por informarse adecuadamente de lo que implica la industria alimenticia hoy en día y ser conscientes del negocio que hay detrás. Cambios tanto en el sistema de producción como en nuestra propia nevera. Favorecer las producciones alimentarias locales, llevar a cabo prácticas productivas orgánicas y convencionales. Y legislar para que las exportaciones sean más justas y equitativas.
Estos cambios implicarían disminuir el sufrimiento en el mundo (el animal, el humano y el medio ambiental). Suponiendo que se lleva a cabo este cambio, o lo que es más, que individualmente lo llevamos a cabo, conseguiríamos una mayor justicia para con nuestros semejantes (animales humanos y no humanos), así como un potenciamiento del cuidad de la Tierra, que debería ser el bien mas preciado para nosotros, puesto que es nuestro hogar y será  también el hogar de las generaciones futuras que nos sucedan.

martes, 15 de marzo de 2011

ECOFEMINISMO




Una de las autoras más actuales y relevantes que nos acerca a la prespectiva ecofeminista es Alicia H Puelo. Es una autora que influenciada por las grandes feministas como Carol Gilligan y Mary Wollstonecraft, reelabora la ética del cuidado para acercar nuestras conciencias a un modo de ver y vivir la vida ecológico y responsable.
Su perspectiva me parece muy interesante, ya que revindica la posición de las pensadoras en  la historia de la filosofía como esencial para entender el mundo. Es decir la historia de la humanidad ha estado dominada por una visión totalmente androcéntrica, en la que la mujer ha sido intencionadamente olvidada. Pero sin el punto de vista femenino es imposible que el ser humano se reconcilie con su propia raza y con el planeta que habita; es imprescindible que la voz de las mujeres se tenga en cuenta y puedan trabajar conjuntamente con el hombre para reelaborar nuestras filosofías de vida. Y es en este punto, cuando la ética del cuidado de las feministas cobra especial importancia, ya que nos ofrece una conciencia mucho más empática, más preocupada por los otros (entendiendo por los otros a todos los seres que habitamos el planeta y a la propia madre tierra). Estas reflexiones nos ponen en la tesitura de abrir la reflexión filosófica a una nueva ética que conjugue el cuidado, los derechos de los todos los seres que habitamos la tierra, y la justicia social.

¡Si!, es un nuevo reto, muy complicado, pero a su vez es muy necesario, clama por su exsprexión y su realización para que el ser humano viva en paz consigo mismo y con los seres que le rodean. Y todo ello, actualmente es una obligación moral del las mujeres y los hombres contemporáneos.

Me gustaría dejar la referencia del blog de Alicia Puleo para todo aquél que esté interesado en profundizar un poco más en el ecofeminismo.

http://aliciapuleo.blogspot.com/